Una empresa instituyó en cierta ocasión lo que llamó la "política del té", todos los días, alrededor de las tres de la tarde, varias personas empujaban por lo pasillos de la empresa carritos de té, ofreciéndole a cada empleado una taza de té y golosinas.

El resultado fue un dramático aumento en producción y calidad del trabajo el resto del día. Los empleados también regustraron un significativo aumento en el nivel de satisfacción con la empresa y con sus trabajos.

La hora del té, le proveyó a los empleados cosas positivas: un breve descanso, un tiempo para socializar con los demás empleados, una supuesta "recompensa", y un impulso de energía.

¡Todos necesitamos estas cuatro cosas por lo menos una vez al día!

¡Dedica tiempo diario para tomar el té!


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