Una empresa instituyó en cierta ocasión lo que llamó la "política del té", todos los días, alrededor de las tres de la tarde, varias personas empujaban por lo pasillos de la empresa carritos de té, ofreciéndole a cada empleado una taza de té y golosinas.

El resultado fue un dramático aumento en producción y calidad del trabajo el resto del día. Los empleados también regustraron un significativo aumento en el nivel de satisfacción con la empresa y con sus trabajos.

La hora del té, le proveyó a los empleados cosas positivas: un breve descanso, un tiempo para socializar con los demás empleados, una supuesta "recompensa", y un impulso de energía.

¡Todos necesitamos estas cuatro cosas por lo menos una vez al día!

¡Dedica tiempo diario para tomar el té!


Nos es de gran orgullo presentarles la primera comunidad de BERROS (que ya formaron parte de una ensaladita con rábanos ayer) HOME MADE, producidos por medio de la hidroponía...


"La forma más frecuente de utilizar los berros es en ensalada, solos o mezclado con otras verduras, aderezados con aceite y vinagre.

También se utilizan como guarnición de algunas carnes frías.

Puede utilizarse para sopa o, como las espinacas, cocido y rehogado.

El berro Tiene un alto contenido en sales y minerales (potasio, calcio, hierro, azufre y sodio), es muy rico en fibra y en vitamina C, también contiene vitamina A.

Aporta 21 calorías por cada 100 gramos."



Mi abuela bordaba los manteles más hermosos. Cuando era niño me quedaba junto a ella las tardes enteras charlando mientras sus hábiles manos danzaban en perfecta armonía con los hilos y telas.

Su estado de ánimo variaba dependiendo del día. A veces estaba alegre y conversadora, otras lucía seria y silenciosa. Y de vez en cuando se quejaba más de la cuenta.

Sin embargo siempre, sin importar el día, cosía con la misma mística. Frecuentemente la encontraba en su silla, dormitando, con la cabeza inclinada levemente hacia adelante, pero aferrando con firmeza su tejido.

Durante semanas sus bordados me parecían extraños y confusos, puesto que mezclaba hilos de distintos colores y texturas, que se veían en completo desorden. Cuando le preguntaba que estaba tejiendo o bordando, sonreía y gentilmente me decía:

- Ten paciencia, ya lo verás.

Al mostrarme la obra terminada, me percataba que donde habían habido hilos de colores oscuros y claros, resplandecía bordada una linda flor o un precioso paisaje. Lo que antes parecía desordenado y sin sentido, se entrelazaba creando una hermosa figura.

Me sorprendía y le preguntaba:

- Abuela, ¿cómo lo haces? ¿Cómo puedes tener tanta paciencia?

- Es como la vida. -respondía-. Si te fijas en la tela y los hilos en su estado original, se asemejarán a un caos, sin sentido ni relación, pero si recuerdas lo que estás creando, todo tendrá sentido.

Recuerda que si juzgas tu vida solamente por la rutina de lo cotidiano, mucho de lo que haces parecerá inútil y sin sentido, pero si recuerdas el bordado que estás tejiendo, aun los enredos más caóticos cobrarán significado